21 jul 2008

Extrañamiento

Vivo una vida que no me pertenece, un tiempo que no es el mío, mi cuerpo me resulta ajeno cuando lo observo frente al espejo. Hay quien llama extrañamiento a esa sensación de sentirte fuera, todo el tiempo, enmascarada en cada situación vivida. Hay quien lo llamó esperpento, grotesco. Hay quien simplemente lo llama hipocresía y otros lo maquillan de buena educación. A mí me parece un tema complejo.

6 jul 2008

Obsesión

Mi amor por la literatura, sin la menor duda, viene de una carencia afectiva en la niñez. No tengo la menor duda. Mi madre me enseñó a leer con cuatro años para que no molestase, y, aunque ella ni se lo imagine, ha sido el mejor regalo que me han hecho en vida. Mi amor, mi obsesión casi enfermiza por los libros, me ha llevado a pensar todo mi mundo como si una novela se tratara y analizo compulsivamente cada conversación con un análisis sacado de mis clases de teoría literaria. Que una amiga se case me lleva irremediablemente a contemporizar a la Wolf y qué significa tener un cuarto propio en la actualidad en nuestro país, lo que, casi, se ha convertido en un ensayo dentro de mi diario que podría salir a la luz si mi editor se termina enterando. Me lleva a analizar mi propio pensamiento analítico y las razones por las que yo misma huyo de cualquier compromiso, por qué prefiero la soledad de la noche del domingo ante mi portátil mientras suena Sonny Rollins en mi equipo de música a una pobre cita en la que un tipo aburrido intenta por todos los medios echarme un polvo. No me gustan los polvos en las primeras citas, estadísticamente son promesas de mal sexo. Así que mis citas acaban como empezaron, en mi casa leyendo, sola.

Mi obsesión literaria me lleva a fantasear en lo buena editora que podría llegar a ser, en lo que de intuición tiene apostar por un autor desconocido y que resulte que es excelente, como si de un nuevo Barral me tratase a mí misma. Mi propia ficción me lleva a imaginar que mi próxima novela me consagrará como una autora inteligente, sagaz, que reúne en su prosa tradición y vanguardia abriendo las puertas a una nueva forma de narrar, lo que todos están esperando, llenando así mi vanidad de escritora.

La noche ya es cerrada, termino estas líneas y busco un dvd para ver, mientras mi gato se acurruca en la terraza, buscando un poco de brisa. ¿Puede lo enfermizo hacernos felices?