28 abr 2008

Geranios

Mira por su balcón y se concentra en su geranio, que se balancea con la brisa de abril. Desde que lo compró hace un par de meses has desaparecido las flores, se ha roto el tallo y ha vuelto a plantarlo, como un esqueje nuevo. Sale el sol entre las nubes y alumbra, levemente, su hoja más alta. Sigue vivo, medio muerto, resistiendo. Candela se pregunta qué carajo hace para que se le mueran todas las plantas. Ha puesto una piña seca, para decorar un poco. Queda un poco otoñal, para lo adelantada que está la primavera. Ha terminado de barrer y recoger un poco los pelos del gato. Fuera la gente pasea, sonríe, vive, se apresura para no llegar tarde. Se sienta en su sillón negro, su sillón de lectura, con el Fredydurke entre las manos. Hace algún tiempo que se lo regalaron y ya tenía ganas de hincarle el diente. Piensa que necesita rosas para su florero. En su equipo de música suena un cantautor norteamericano. Siempre sonando música en su casa, como si tuviera miedo al silencio, a lo que pueda decir.

4 abr 2008

Melinda o Melinda

He oído a Espiro Freire decir que a la hora de escribir los problemas estructurales que se le plantean vienen del tiempo, fundamentalmente. He de reconocer que mi simplicidad me lleva a plantearme si lo que quiero escribir será dramático o cómico. Supongo que influido por el hecho de ser de la generación del cine y la televisión. Se me ocurre un personaje que puede funcionar en la historia: un joven universitario obsesionado por el éxito dedica cuatro tardes cada semana a ir al gym, se ha comprado el último modelo de un coche que no puede pagar y sus novias deben ser modelos, como poco. Puedo convertirlo en una crítica de los superficial que es esta sociedad, que busca en la imagen y el dinero la felicidad o puedo convertirlo en alguien ridículo, gracioso, con situaciones embarazosas, liadas y divertidas. O puedo hacerle sufrir en silencio su infidelidad y su soledad, con la presión del éxito, tan falso como el suyo, de aquellos que les rodean.
Ese es mi primer escollo.
Se lo cuento a Rafa esta mañana y se ríe: "No, tu problema es cómo dejar de escribir de ti y de tu mundo. Conoces demasiada gente así como para que alguien no se sienta identificado. Ese es tu primer escollo."
Me sigo preguntando, entonces, ¿he de aislarme tanto para crear?