29 abr 2007

Fotomatón



Madriz es una ciudad literaria en la Librería de Rafa. También es una ciudad muy musical. Todo el año. Pero en primavera rebrotan los conciertos, como naturalmente, y los grupos recargan energías. El viernes estuve en el Fotomatón, en San Bernardo. En un momento en el que hablaba con Javier corté la conversación y se lo hice notar: “no sé a dónde llegaremos, si conseguiremos nuestros sueños, pero date cuenta quién está esta noche en esta sala, tú y Pinker de The Lezbians, Los sitios al completo, Jorge y David de Rhodius, El Nano y Gonso de Barrio Tomillo, Alberto García que es director de cine y yo, con amagos de escritora. ¿Podría considerarse esto una reunión generacional?”


El viernes en el Fotomatón me encontré con una generación de talentos hablando de música, de literatura y de cine. Madriz no morirá nunca.

25 abr 2007

Homenaje a Juan Ar. en el Día de San Cervantes

La librería de Rafa fue durante el día de ayer un hormiguero. No paraba de entrar gente, que le saludaba cordialmente y que a mí no me sonaban de nada, como si Rafa llevara varias vidas dentro de su trabajo. Y yo que pensaba que conocía a todos sus clientes. Pero nada más lejos de la realidad. Pasó por allí un viejo amigo, este sé que es del grupo, Juan Arr., camarero del Café Comercial, actor en paro y buen jugador de ajedrez. Estuvimos durante años, hasta que mudé y conocí a Rafa, yendo al Comerial los domingos por la tarde a hablar de literatura y leernos cuentos de Marías y poemas de Luis Alberto de Cuenca, de Clarice Lispector, Alejandra Pizarnik, Luis Mateo Diez, Fonollosa, Benítez Reyes, Luisa Castro, Ricardo Piglia, Arturo Pérez-Reverte, Shara Kane... o nuestros. Dos domingos después de nuestro primer encuentro ya decidía por nosotros lo que debíamos tomar: a Joaquín le traía un café bombón cuando le veía tranquilo, si no un té de frutas del bosque; a Beatriz un cortado, un té con limón o un refresco sin gas, según las ojeras; a mí un té, con o sin limón según se acordase, a Al un scotch, siempre fue un gentleman, tan inglés él, aunque su origen irlandés se confunda con ese horrible acento del sur de Estados Unidos. Siempre le pillábamos en su descanso, preparando una partida, aunque con ese lado sobreactuado que tenía no sé hasta que punto era una pose y nada era real, ni que supiese jugar al ajedrez, ni que fuera su pausa de después de la comida, n i que se llamase Juan, ni que tuviese tan sólo treinta años. Entonces me parecía tan mayor... el más joven de todos los camareros de Comercial, tan atractivo que nunca fui capaz de decirle nada. Supongo que no se acuerda de mí, como siempre esa sombra que lo oraniza todo. Hoy le echo de menos y le busco con la mirada para invitarle a nuestra nueva tertulia en la librería de Rafa. Creo que él se sentiría a gusto con nosotros, de nuevo.

13 abr 2007

Distorsión



La música me atormenta en ocasiones, en otra me relaja, en otras me duerme. Me dejo llevar por los sonidos, no reconozco el grupo pero me suena, me resulta familiar, doy otro trago y me dejo llevar, hay mucho humo, mucho y huele a costo, mucho. Siento el calor acariciando mis ideas y la música golpeándome las nalgas, así, así, siento un cuerpo cerca del mío, moviéndose, quizá bailando pero puede que sólo quiera pasar, hola me dicen, no contesto, no me sale la voz, veo un rostro, y es hermoso, me mira con ojos tiernos, negros, de almendra, me roza la mejilla mientras me habla. Sólo puedo dejarme llevar, lo notas, es el pop más melancólico, el de los corazones rotos, no me rompas el corazón chiquillo, esta noche no, esta noche sólo dejo que me hagas el amor, lo notas, me acerco la copa a los labios y te desdibujas, te miro y no te alcanzo. Tienes una sonrisa imposible.

12 abr 2007

Cazando ilusiones



Prepararse para la caza es todo un ritual. Como en las tribus no sólo es conseguir la presa, sino prepararse para cazar la mejor, la más tierna. Así que fui a la peluquería y me arreglé el pelo y me depilé. Ahora mi flequillo permite que se me vean los ojos y mi cuerpo está suave como la seda. Todo él.
Me ducho con el agua muy caliente y me enjabono con mi gel más suave, el que mejor huele, veo escurrir la espuma por mis piernas y compruebo que, efectivamente, están suaves. Como es probable que me ponga falda elijo una loción corporal con brillo, para que se refleje la luz sobre mis muslos. También me aplico aloe vera en las zonas más delicadas no sólo para mantener la suavidad sino para evitar que me salgan granitos. Aún desnuda me maquillo, primero la base, luego las pestañas, de negro, la raya en el ojo, sólo la mitad, en gris oscuro, colorete, sombras, pintalabios, polvos mate. Me miro ante el espejo de cuerpo entero. Esta noche estrenaré mi vestido negro que deja la espalda al aire. Cena en el Thai Gardens, copa en el Vanila. Esta noche soy una pija que caza. Jordi no va a tener escapatoria. Le tengo ganas desde que le vi por primera vez apoyado en la puerta de mi casa, como una aparición. Y me contuve. Y he aguantado toda la semana, viéndole en la librería de Rafa por las mañanas y viéndole marchar a trabajar después de comer, semiasomada a las cortinas para que no me vea, aunque creo que me intuye. Ya ayer me dijo de ir a cenar juntos, hacer algo especial. Y ya sabemos los dos qué significa. Tarde o temprano caerá, es inevitable.
Es la cazadora que llevo dentro. Es imposible verme como a una hermana. Lo sé. Y ellos también.

10 abr 2007

Extrañas sensaciones


Sigo teniendo esa extraña sensación de extrañamiento, de no pertenecer a este mundo. Lo comento con Rafa y sólo me da una solución: escribir. Estoy obsesionada con mi novela, y con la Guía. Me surgen personajes, de forma caótica. Hoy nos hemos juntado en la librería Rafa, Jordi, mi nuevo vecino y Beatriz, la chica argentina de Rafa. Parece que mis chicos extraños al final terminan por tener vidas normales. Rafa está enamorado y mira con ojos de querer tener críos. Su chica es dulce, cariñosa y lee a Niechtze. Jordi resultó no ser bombero sino el director de una macrodiscoteca de moda, sumergido de lleno en la frivolidad de la noche y la administración de empresa, talla madera en sus ratos de ocio para desestresarse. Beatriz me mira con ojos de pena e intenta hacerme comprender que no podemos cambiar el mundo, que insistir en el error no es sano.
Trato de hablarles de cambios, de cansancio y de pereza, pero parece que no quieren escuchar. Les cambio de tema y les pregunto si creen que es el tiempo quien marca la estructura o a la inversa. Beatriz insinúa que no lee a Borges, pero que le gusta Cortazar. Yo menciono a Alejandra Pizarnik. Jordi me invita al cine, quiere ver 300 y me parece buena idea. Esta noche, después de pelearme con la página en blanco y ver cómo evoluciona Candela, iré al cine y disfrutaré de la estética de una película extraña que no tiene nada que ver conmigo. Beatriz me presta el Anticristo y yo la respondo que Focault. Miro a Jordi y le deseo. Quizá de esta noche no pase, para ninguno de los dos. Guardamos un minuto de silencio por la muerte de la cultura y brindamos como Nacho Vegas: sólo podemos sobrevivir. Sobrevivo entre libros, música y cine. Mi paraíso es La Plaza de Altea.

9 abr 2007

Lobos



Me gustan los hombres tanto como mi ciudad. En mi lista de placeres está, sin duda, contemplar un buen culo en una vaqueros, ver alejarse a un indie con el pantalón caído o pasmarme de emoción ante unos dorsales en el gimnasio. Dorsales prominentes, culos prietos y narices grandes son, como en aquella serie de televisión en el que se enaltecía el pellejo de los codos, mis talones de Aquiles. Si además me abrazan por detrás mientras duermo, con dulzura y besos en los hombros, sonríen mientras me escuchan, y me agarran fuerte con sus manos cuadradas, entonces, tienen todos los puntos para que me enganche como una boba.

Pero, a pesar de mi deleite estético, soy incapaz de comprender su desapego, su afán de caza me desconcierta, su frialdad me descompone. Una vez más caigo en sus redes sabiendo que no llevará a ningún sitio y sólo el mero disfrute hedonista hace que merezca la pena.

Y entonces espero al próximo que llame a mi puerta, observando y convirtiéndome yo también una cazadora, de cuerpos, de momentos, de muescas en mi cama, de nombres en mi agenda.

Será por eso que las ciudades se han convertido en junglas

3 abr 2007

Música sobre el Manzanares


Por fin se ha cerrado el túnel de la M30. Tenemos planeado organizar un megaconcierto en los jardines, sobre el río, para celebrarlo. Será sin luz artificial, la noche de San Juan, con algunos de los grupos de siempre. Por primera vez un concierto a la luz de las velas, como en Pedraza, escuchando buena música. Para esta primera ocasión podríamos llamar a Paco de Lucía. Aunque tampoco me disgustaría algo igual de tranquilo pero menos convencional como Espers, Amandine o Cocorosie. Qué carajo, que vengan los tres. Hemos pensando en organizarlo Rafa, Al, Jordi y yo y sin duda no parece mala idea. Cómo me gustaría un año de estos que fuera mi grupo, las Punky Princess, quienes tocasen un acústico tranquilo sobre el Manzanares. Siempre pensando en el mañana, seré cabraloca… Ya sabemos todos que el mañana no existe.

Señor viajero, si vienes a Madriz en la noche de San Juan, ven a escuchar música sobre el Manzanares.

2 abr 2007

Compartiendo momentos



Me resulta asombroso, la forma en que la gente entra y sale de tu vida. Quien era absolutamente indispensable hace unos meses, hoy, sólo es una sombra en un recuerdo, desdibujándose. Ayer encontré el nombre de un antiguo compañero del colegio en la wikipedia, de los que fueron imprescindibles para respirar. Ayer sonó el timbre de mi puerta y apareció un amigo nuevo, con quien empiezo a hacer planes para ir al concierto de Pearl Jam en Madrid.

Hoy lo comentaba con Rafa en la librería y me miraba como si me viera por primera vez. “Demasiada literatura”, me ha dicho. Pero esta vez no le he dado la razón. Que la vida sea literaria no deja de ser anecdótico. Yo no tengo la culpa de que llame a mi puerta un vecino con mis mismos gustos musicales y nos quedemos hablando hasta las tantas. Y no sé hasta qué punto literaturizo cuando describo sus enormes ojos negros y el grosor de sus labios, que tantas ganas tengo de besar. Y que no hice por vergüenza, decoro y, sí, en este caso, puro disfrute del correr de las palabras. Pocas cosas disfruto má que el primer contacto con alguien, el primer conocimiento de coincidencias, encuentros intelectuales, gustos musicales, cambios de ideas, con una copa de vino en la mano, luz tenue, un roce accidental.

Mañana… no lo sé, y casi mejor que siga siendo así.

1 abr 2007

Ventanas que se abren


Cae la tarde y sabes que nada va a ser como antes. Los amigos están lejos y los días pasan sin motivo aparente. Esta mañana no he pasado por la librería de Rafa. Me he quedado en casa trabajando, pensando, escribiendo, leyendo, tocando la guitarra. Noto mi mundo extraño, como si una bomba hubiese arrasado con todo, me he puesto a escuchar Daugther, de Pearl Jam, una de mis canciones favoritas del grupo:

Alone, listless. Breakfast table in another wise empty room.Young girl, violence. Center of her own attention. The mother reads aloud, child tries to understand it. Tries to make her proud. The shades go down. It's in her head. Painted room. Can't deny there's something wrong.

Con las ventanas abiertas, saltando, viviendo el punteo y la sucesión de acordes, simples pero contundentes. Se cuelan unas risas vecinas desde el patio interior. Suena el timbre.

-¿Quién es?
-Tu vecino.

Le abro con preocupación imaginando un viejo con malas pulgas mosqueado por la música tan alta. Ante mi sorpresa un guapo moreno, con una sonrisa amplia, los ojos más negros que he visto en mi vida. Como en una serie de televisión. Quién se va a imaginar que al abrir la puerta va a aparecer un hombre tan terriblemente guapo. Sólo le falta ser bombero.

-Me imagino que te molesta la música, perdona, no me he dado cuenta.
-En realidad no me molesta, es uno de mis grupos favoritos, pero te voy a pedir que la bajes porque necesito dormir. Ayer salí hasta las tantas y mañana trabajo, como todo el mundo, supongo. Fue una noche extraña, la de anoche.
-Bueno, yo no salí anoche, pero sin duda la bajo ahora mismo. ¿Puedo preguntar qué fue lo raro de anoche?
-¿Has tenido alguna vez la sensación de irte cruzando con gente cada vez más rara? No sé si porque al ser más mayores cada vez tenemos más manías o si soy yo que miro de manera distinta.
-Contínuamente.