30 sept 2007

Mi gato

Esta es la cara que pone mi gato cuando le cuento alguna de las conversaciones que mantengo al cabo del día. Sí, soy de esas solteronas que terminan hablando con mi gato y diciendo "no va y me contesta que...". Pero mi gato es madrileño, y claro, de esta fauna particular que no es capaz de mantener el hocico cerrado. Y me pone esta cara y me termina diciendo "pero, ¿qué me estás contando? ¿todavía hay gente así?" Pues sí, la hay, y a patadas. Gente que escribe a Javier Marias increpándole por algo que ha escrito Reverte y que no les puedo negar la razón que tienen: las mujeres ya no tienen clase. Puede que alguna tenga dinero, pero lo que se dice clase yo sólo se lo concedo a dos o tres y tengo que hacer memoria. Me dejó impresionada conocer a Josefina Aldecoa en una presentación de un libro. Esa mujer sí que sabe caminar con la barbilla bien alta. Y tiene las ideas más que claras. Con dos huevos bien puestos nos dijo que tener hijos, hoy en día y en este país, no dejaba de ser una tara profesional, en una época donde se termina dando la vuelta a la tortilla para mantenernos en el mismo sitio de siempre. Me llevo las manos a la cabeza cada vez que oigo de una mujer que no es feminista sino femenina, como si reclamar un salario igualitario y los mismo derechos en todos los ámbitos los prohibise su religión. Aquí es cuando mi gato me dice que en algunos casos así es. Y me sigo llevando las manos a la cabeza cuando oigo aquello de que tener un hijo es algo que nos permite la naturaleza y que el hombre no puede hacer, por lo que debemos hacerlo. Y mi gato contesta "o no" y se queda tan pancho. Él se mostró totalmente de acuerdo con el Rey del reino de Redonda y del Capitán corsario. También puede ser que nobleza obligue, o que los machos se apoyen entre ellos, pero en este caso me declino por darles la razón a pesar de que esa falsa solidaridad femenina me obligase a contradecirles.
Es cierto que mi gato se escapa de vez en cuando para darse paseos por ese Madriz que intuyo y del que conozco sólo retazos. Sé que es muy amigo del portero del árbol del Retiro y de algún otro de baja estofa, que roban por la noche y se corren alguna juerga en la Moncloa como buen dandi del extraradio. Pero no se lo recrimino, cada uno es libre de cometer los errores que buenamente pueda y de aprender de ellos. Eso es algo que decía mi abuela, que era una mujer sabia. Lo que sí le he prohibido es colgarse del teléfono, pero porque la factura la pago yo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

olé!!!!!!! me ha gustado muchisimo el texto, si sale por molcloa debe ser hamlet que es mas pijillo, mac saldría por malasaña..

besos a los dos y otro enorme para ti