19 oct 2007

De coches y gatos


Anoche ví un gato recién atropellado. Aún respiraba, pero con la boca llena de sangre. Hacía un ruido raro, como ahogándose en su propia sangre, como si lentamente se le fueran inundando los pulmones y cada vez le costase más llenarlos de aire. Alguien le había atropellado y no había sido capaz de parar para comprobar los daños. No era un adulto siquiera, seis meses, muy poquita cosa. Cuando le cogí en una toalla que llevaba en mi coche le noté temblar. No se me ocurrió nada mejor que arrojarlo al mar, con lo poco que le gusta a los gatos.

Esta mañana un gato negro yacía en el centro de la carretera, inerte, supongo que muerto. No he sido capaz de parar para comprobar los daños, demasiado tráfico, demasiada prisa.

Me preocupa encontrame tanto gato muerto en tan poco tiempo. Mis gatos, negros, aquí y ahora. Es raro, supongo que todo se acaba, incluso eso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

por fin!!!!!! ya era hora de volver a teclear por aqui, que a uno le faltaba algo...

yo una vez pillé uno en mi pueblo, bueno mas bien se tiró el tonto a por mi coche, no se da cuenta que tiene todas las de perder?

vi por el espejo como salía corriendo muy dolorido, creo que el pobre de esa noche no pasó.

un beso kandela