28 nov 2007

Despistes

Reconozco que soy olvidadiza, y que he olvidado llamarle por su cumpleaños. Se me pasa, sin querer, el turno de fregar la escalera. En cada ocasión pienso que debería contratar a alguien que lo haga por mí, me da tanta pereza. Olvido por varios días devolver las películas al videoclub, o algún libro de la biblioteca termina echando polvo en la esquina de mi escritorio porque cuando lo veo ya es de noche y al día siguiente no me lo cruzo antes de salir de casa. Mi gato me recuerda cada mañana que le ponga de comer, e incluso me despierta, por si acaso. Me pongo a chatear mientras se hace el pollo, hasta que huelo a quemado. No sé cuantas veces he salido tarde buscando las llaves de casa y algunas veces, incluso, he tenido que llamar a algún familiar con copia para que me abra porque ni siquiera me di cuenta de cerrarla. He tenido que lavar varias veces la misma ropa porque me ha llegado a coger olor a humedad después de pasar varios días en remojo dentro de la lavadora. Se me pasa ver mi serie favorita si me entretengo leyendo, o acariciando al gato.
Nunca se me olvidará tu cara, tu olor, y la fuerza con que tu mano cogió la mía en el momento justo antes de morir. Nunca

1 comentario:

Anónimo dijo...

que bien volver a leerte!!! ya pensaba que te habias olvidado de los lectores fieles.
me ha gustado, deberias acariciar menos al gato, que luego se quedan dormiditos en tus brazos!

un beso y un abrazo!