15 may 2007

Plan B


En el coche, sonando Sibil Vane:

-Me encanta que me den material para mi novela. Tuve ayer una cita terrible, pero le sacaré jugo. Menos mal que tenía un plan B. Decía mi abuela, era una mujer sabia, que siempre había que tener uno. El otro día me encontré en la parada de metro a un antiguo compañero de trabajo de Héctor. Me reconoció él, que si soy yo paso de largo y no me doy ni cuenta. Héctor nos había presentado en alguna ocasión y la verdad, no es del tipo que me suele llamar la atención. Un chaval normalito, tirando a bajito, más bien calvo y gordo. Me pidió el teléfono entre balbuceos, más que nervioso, histérico. A mí me pareció muy tierno, tanto nerviosismo, y se lo di encantada, el teléfono y mi mail. Me sorprendió, chateando con él al día siguiente, sus gustos musicales: me nombró en menos de diez minutos La buena vida, Los Planetas, Tom Yorke y Jarvis. Así que no me pareció tan mala idea quedar con él cuando propuso ir a ver una obra del Festival de Otoño. Le dejé decidir, por aquello de que mola que te sorprendan, en el fondo soy una tradicional. Eligió una obra de baile español, bastante pobre para lo que suele ser el Festival, con una entrada horrible, al final del todo del Albéniz. Menos mal que es un buen teatro y pongas donde te pongas ves y escuchas bien. Al salir propuso ir a cenar, pero no había hecho ninguna reserva, y como salimos tarde sólo se le ocurre decir de ir a un McDonals. Craso error. No se puede tener una cita en el McDonals con treinta añazos. Nos sentamos, él con una hamburguesa, yo con mis papas fritas y al final me confesó que los grupos que me nombró son cds de su hermano y que a él, en realidad, le gusta David de María y que no tenía ni idea de teatro. Como comprenderéis al día siguiente tenía que trabajar, andaba algo cansada y era mejor irse a casa. Lo debí hacer tan mal que el tipo al despedirse sólo se atrevió a decir: no me vas a volver a llamar, ¿verdad? Era un buen chaval, pero como dice Rafa, por la calle te cruzas con buenos chavales y no te los vas tirando a todos. Qué le vamos a hacer, tiene razón. Acabé en casa viendo un dvd con los gatos sobre mi barriga, y comiendo helado de dulce de leche: un gran plan B

Y mientras tanto Silbil Vane cantan: “somos una explosión de feromonas que sólo parecen calmarse mediante los deportes y la masturbación”. Cuánta sabiduría en una sólo frase.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

bonita historia... hay cosas que me recuerdan a una que he vivido, pero solo algunas cosillas.

sigue escribiendo asi que me gusta mucho.
besetess

Kandela dijo...

Algunas cosas puede que te recuerden a algo, pero créeme que lo importante de la historia es que el tipo me confesó que le gustaba David de María, eso, entre las punkitas, es lo que llamamos un anticlímax, se te quitan las ganas de tó. Un beso enorme, Expe, que sigues teniendo las mejores fotos desenfocadas a este lado del Manzanares.

Anónimo dijo...

"En el fondo soy una tradicional"...“somos una explosión de feromonas que sólo parecen calmarse mediante los deportes y la masturbación”
Todo clarísimo