21 may 2007

Serendipity

Esta mañana Rafa se ha puesto a filosofar con su vida, por primera vez en años que le conozco. “Es como si pudiera leer mi vida hecho tras hecho, acontecimiento fortuito tras otro, como justificación de estar aquí y ahora. Como si todo lo bueno y lo malo hubiese servido para traerme justo a este punto. Lo que ahora me pregunto es por qué, o más bien ¿y ahora qué? ¿Quiere decir que he de pararme en este preciso momento o por el contrario debería pasar algo? ¿Esperar o provocar?” No sé qué responder. Ésa, como otras muchas, nos daría la clave de cómo vivir sin errores. Pero como dice mi abuela, que era una mujer sabia, quién quiere una vida fácil, tal como está es mucho más entretenida. Ella, que sobrevivió a una guerra y a una dictadura se reiría de la escena vivida esta mañana: Rafa, Jordi y yo, con todos nuestros estudios, nuestros libros, nuestros viajes y nuestra sabiduría de andar por casa sin tener una respuesta adecuada a una pregunta tan simple. Nos quedamos con cara de gilipollas, mirándonos, serios, sin saber qué decir. Mi reflexión me lleva, irremediablemente al mal de Montano y a la música. “Estás viendo tu vida de forma literaria, Rafa, me temo que el mal es contagioso. Ver tu vida como si fuera una peli en la que alguien te da las claves para saber el final es un claro síntoma. Pero he de confesar que es algo que me preguntaba y que no me he atrevido a contarte por miedo a vuestras burlas. Veréis, siento como que todo este tiempo tenía delante de mis ojos señales que me decían que debía coger una guitarra y tocar, desde el instituto. Y no sólo por tocar sino qué. Quizá sólo era una cuestión de tiempo. Quizá la respuesta ya la tenía mi abuela: paciencia y constancia, mi querido Rafa. No hay otra manera de afrontar este laberinto borgiano en el que estamos sumergidos. De todas formas estoy convencida de perderme en él, como me perderé en los próximos ojos que me miren con deseo. Ya sabes, ese tipo de errores que cometemos constantemente sabiéndolo de antemano y sin querer remediarlo. Paciencia y constancia.” Jordi muesca su boca en una media sonrisa. Sólo él sabe qué está pensando.
(P.D. Gracias a Carlos por Dinosaur JR.; a Andrés por Santa Compaña; a Ricardo por Belle and Sebastian; a Antonio por The Cult; a Jaime por Lou Anne; a Ma por compartir momentos musicales; a Jorge por Barrio Tomillo y Ngoro Ngoro; a Rafa por no sé cuantos, Kristin Hersch entre ellos; a Carmen por Violent Femmme; a Alberto, que me abrió muchas puertas; a Javier por Cocorosie; a Sánchez, gran dj y mejor persona, por Rhodius; a Javier por The Lezbians; a Nacho, sin nombre de momento).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

la guitarra te tiene que dar la vida, se paciente con ella, que te dará buenos momentos.
javier...que raro me suena!!!
la paella muy rica y los chopitos, gracias a ti de verdad.
;)

Kandela dijo...

Has usado una frase muy mía, sí, la guitarra y la escritura me dan el aire que respiro, y una razón para levantarme cada día. Escribir es como respirar, aunque, a veces, duele.